Darwin, la biografía
TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN POR SELECCIÓN NATURAL
Darwin se topó por primera vez con la idea de la selección
natural en 1838 tras leer un libro de Tomas Malthus, un clérigo y economista
político de principios del siglo XIX. Se dio cuenta de un concepto interesante:
que los miembros de una especie varían ligeramente con respecto a los demás y
de que podía haber selección entre los descendientes. Más tarde Darwin también
se quedó asombrado del trabajo del naturalista inglés Alfred Wallace y su
teoría sobre la tendencia de las variaciones a alejarse indefinidamente del
tipo original. Todo ello ayuda a Darwin a desarrollar su TEORÍA:
Evolución significa cambio. Los animales y plantas cambiaban
con el tiempo y era la naturaleza la encargada de la selección.
Reproducción. Los descendientes son semejantes a los padres
y distintos a otras especies.
Demasiada descendencia. No todos los hijos sobreviven.
Variación. No todos los hijos son iguales y varían con el
paso de las generaciones.
Selección natural. La vida es una lucha, para hallar
alimento, espacio vital, pareja y otros elementos esenciales. Hay rasgos que
pueden ayudar a esta lucha, éstos hacen que el individuo esté más adaptado al
entorno y mejoran sus oportunidades para sobrevivir y reproducirse.
Herencia. Si se hereda un rasgo útil la descendencia del
animal o planta también lo tendrá y le ayudará a sobrevivir.
Evolución. Tras largos periodos de tiempo los rasgos de una
especie son más comunes en ésta y se produce un cambio en dicha especie.
El origen de las especies. Las especies más fuertes y mejor
adaptadas a su entorno sobreviven, las más débiles se extinguen. Las especies
se encuentran en continua evolución y adaptación al medio.
DARWIN EN LA ACTUALIDAD
Hace 200 años que nació Darwin y 150 desde la publicación de
“El origen de las especies”. No le fue fácil escribir su enorme obra, en su
época fue un escándalo. Darwin le dedicó muchísimo más tiempo a las
consecuencias morales de sus ideas que a desarrollarlas, provocándole una
crisis moral.
En pleno siglo XXI a Darwin le han vuelto a salir enemigos:
los creacionistas. Aquellos que piensan que la evolución no basta para explicar
el exquisito diseño de la vida. Dicen que estamos aquí desde hace poco tiempo,
que los fósiles son recientes y que el mundo es producto de un diseño
inteligente…
Es cierto que los trabajos e ideas de Darwin necesitan una
revisión y puesta al día, dado que éste no sabía sobre el ADN, ni del papel de
la genética en su árbol de la vida. Actualmente los biólogos dibujan un árbol
mucho más complejo que el de Darwin. La biología molecular y la genómica ahora
demuestran que el concepto de Darwin de un desarrollo vertical era un error.
Más que un árbol la evolución parece una tela de araña.
El bicentenario del nacimiento de Darwin va a servir para
debatir la evolución y defender su enseñanza en las aulas. Sobre todo porque es
la idea más brillante que el pensamiento occidental ha podido concebir. Todos
los estudiantes tienen derecho a conocer la grandeza de esta percepción de la
vida, con una naturaleza cambiante, en constante modificación, mediante la
selección natural. En este sentido Darwin es superior a Newton, pues éste
interpretó la materia inerte, mientras que Darwin ofrece una explicación
coherente a todo el universo orgánico de células y huesos.
Es de la esencia de la vida de lo que hablamos y seguiremos
hablando de ella a pesar de los obstáculos. Confiemos en el día en que la
evolución no sea sólo ciencia y nada más. No dejaremos de lado las cuestiones
filosóficas o morales, pero hay que debatirlas desde la libertad que da el
verdadero conocimiento.
BIBLIOGRAFÍA
1. Charles Darwin y la evlución (Celeste Editores SA, 1992)
2. El origen de las especies, Richard E. Leakey (Ediciones
del Serbal SA)
3. Darwin. La expedición en el Beagle (1831-1836) Alan
Moorehead (Ediciones Serbal SA)
4. El árbol de la vida, Peter Sís (Rquer editorial)
Otras informaciones:
5. Artículo de revista Tribuna, Darwin y su bicentenario,
Mario García Bartual (paleontólogo y divulgador científico) por Internet.
6. Artículo revista Telecable, marzo 2009 de Esteban
Sánchez-Ocaña.