Tony Richardson (1928-1991), cineasta y director teatral británico


Tony Richardson (1928-1991), cineasta y director teatral británico especializado en adaptaciones de obras teatrales y novelas, cuyos éxitos en este último campo le llevarían a convertirse en el primer cineasta británico del free cinema.
Nació en Shipley (Yorkshire). Lector de literatura inglesa en la Universidad de Oxford, donde dirigió entre 1949 y 1952 un gran número de obras clásicas, entre las que se incluyen La duquesa de Malfi y Romeo y Julieta. Tras un periodo de producciones similares para la BBC, dirigió junto a Karel Reisz el aclamado corto Momma Don´t Allow (1955), que se proyectó en el National Theatre de Londres como punta de lanza del trabajo de los directores del free cinema, que abogaban por retratar la realidad social en el cine.
También en 1955 se incorpora a la English Stage Company y al Royal Court Theatre, donde dirige las obras teatrales de John Osborne –Mirando hacia atrás con ira (1956) y El animador (1957), que más tarde llevaría a la pantalla: la primera en 1959, interpretada por Richard Burton, Mary Ure y Claire Bloom, la segunda en 1960 con Lawrence Olivier en el papel que él mismo había interpretado para el teatro. A pesar de que ambas películas fracasaron comercialmente y fueron consideradas estéticamente poco interesantes, Richard Zanuk le encargó que adaptase la novela de William Faulkner, Santuario (estrenada con el título Réquiem por una mujer en 1960), con Lee Remick e Yves Montand, que también resultó fallida. Siguieron más adaptaciones: en Un sabor a miel (1961), de Shalagh Delaney, supo elaborar un filme emocionante y convincente, pero en la adaptación de la novela de Alan Sillitoe, La soledad del corredor de fondo (1962, interpretada por Tom Courtenay) escogió al actor equivocado y el resultado fue irregular.
El éxito de Tom Jones (1963, con Albert Finney), concebida como una sátira sexual, cogió por sorpresa a los distribuidores (obtuvo el Oscar a mejor película y al mejor director). Su siguiente película importante, La última carga (1968), con Trevord Howard como el inútil Lord Cardigan, fue muy mal acogida por la crítica y el público, incómodos por el retrato desmitificador de los oficiales británicos y por su aparente falta de fiabilidad histórica. Tras una versión de Hamlet (1969), apresurada pero intensa y emocionante, interpretada por Nicol Williamson, su carrera se detiene, aunque justo antes de morir rueda su última película, Las cosas que nunca mueren (con Jessica Lange, estrenada después de su muerte en 1994), considerada como una vuelta a su mejor época. Estuvo casado con Vanessa Redgrave de 1962 a 1967 y es el padre de las actrices Natasha Richardson y Joely Richardson.
Fuente: Enciclopedia Encarta 2.007

Tony Richardson (1928-1991), cineasta y director teatral británico especializado en adaptaciones de obras teatrales y novelas, cuyos éxitos en este último campo le llevarían a convertirse en el primer cineasta británico del free cinema.
Nació en Shipley (Yorkshire). Lector de literatura inglesa en la Universidad de Oxford, donde dirigió entre 1949 y 1952 un gran número de obras clásicas, entre las que se incluyen La duquesa de Malfi y Romeo y Julieta. Tras un periodo de producciones similares para la BBC, dirigió junto a Karel Reisz el aclamado corto Momma Don´t Allow (1955), que se proyectó en el National Theatre de Londres como punta de lanza del trabajo de los directores del free cinema, que abogaban por retratar la realidad social en el cine.
También en 1955 se incorpora a la English Stage Company y al Royal Court Theatre, donde dirige las obras teatrales de John Osborne –Mirando hacia atrás con ira (1956) y El animador (1957), que más tarde llevaría a la pantalla: la primera en 1959, interpretada por Richard Burton, Mary Ure y Claire Bloom, la segunda en 1960 con Lawrence Olivier en el papel que él mismo había interpretado para el teatro. A pesar de que ambas películas fracasaron comercialmente y fueron consideradas estéticamente poco interesantes, Richard Zanuk le encargó que adaptase la novela de William Faulkner, Santuario (estrenada con el título Réquiem por una mujer en 1960), con Lee Remick e Yves Montand, que también resultó fallida. Siguieron más adaptaciones: en Un sabor a miel (1961), de Shalagh Delaney, supo elaborar un filme emocionante y convincente, pero en la adaptación de la novela de Alan Sillitoe, La soledad del corredor de fondo (1962, interpretada por Tom Courtenay) escogió al actor equivocado y el resultado fue irregular.
El éxito de Tom Jones (1963, con Albert Finney), concebida como una sátira sexual, cogió por sorpresa a los distribuidores (obtuvo el Oscar a mejor película y al mejor director). Su siguiente película importante, La última carga (1968), con Trevord Howard como el inútil Lord Cardigan, fue muy mal acogida por la crítica y el público, incómodos por el retrato desmitificador de los oficiales británicos y por su aparente falta de fiabilidad histórica. Tras una versión de Hamlet (1969), apresurada pero intensa y emocionante, interpretada por Nicol Williamson, su carrera se detiene, aunque justo antes de morir rueda su última película, Las cosas que nunca mueren (con Jessica Lange, estrenada después de su muerte en 1994), considerada como una vuelta a su mejor época. Estuvo casado con Vanessa Redgrave de 1962 a 1967 y es el padre de las actrices Natasha Richardson y Joely Richardson.
Fuente: Enciclopedia Encarta 2.007

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