Steve Jobs. La biografía
Jobs les confesó a sus amigos más cercanos que se sentía
impulsado por el dolor de haber sido dado en adopción y no conocer a sus padres
biológicos. «Steve tenía un profundo deseo de conocer a sus padres biológicos
para poder conocerse mejor a sí mismo», declaró posteriormente Friedland. Jobs
sabía, gracias a Paul y a Clara Jobs, que sus padres biológicos tenían estudios
universitarios y que su padre podía ser sirio. Incluso había pensado en la
posibilidad de contratar a un investigador privado, pero decidió dejarlo correr
por el momento. «No quería herir a mis padres», recordó, en referencia al
matrimonio Jobs.
«Estaba enfrentándose al hecho de que había sido adoptado
—apuntó Elizabeth Holmes—. Sentía que era un asunto que debía asimilar
emocionalmente». Jobs así se lo reconoció a ella: «Este asunto me preocupa, y
tengo que concentrarme en ello». Se mostró todavía más abierto con Greg
Calhoun. «Estaba pasando por un intenso proceso de introspección acerca de su
adopción, y hablaba mucho conmigo al respecto —afirmó Calhoun—. Mediante la
terapia del grito primal y las dietas amucosas, trataba de purificarse y
ahondar en la frustración sobre su nacimiento. Me dijo que estaba profundamente
contrariado por el hecho de haber sido dado en adopción».
John Lennon se había sometido a la misma terapia del grito
primal en 1970, y en diciembre de ese mismo año sacó a la venta el tema
«Mother», con la Plastic Ono Band. En él hablaba de sus sentimientos acerca de
su padre, que lo había abandonado, y su madre, que fue asesinada cuando él era
un adolescente. El estribillo incluye el inquietante fragmento «Mama don’t go,
Daddy come home...».* Holmes recuerda que Jobs solía escuchar a menudo esa
canción.
Jobs dijo posteriormente que las enseñanzas de Janov no
habían sido de gran utilidad. «Aquel hombre ofrecía una respuesta prefabricada
y acartonada que acabó por ser demasiado simplista. Resultó obvio que no iba a
facilitarme una mayor comprensión». Sin embargo, Holmes defiende que aquello le
hizo ganar confianza en sí mismo: «Después de someterse a la terapia, su
actitud cambió —afirmó—. Tenía una personalidad muy brusca, pero durante un
tiempo aquello le dio una cierta paz.
Ganó confianza en sí mismo y se redujo su sentimiento de
inadaptación».
Jobs llegó a creer que podía transmitir esa sensación de
confianza a los demás y forzarlos a hacer cosas que ellos no habrían creído
posibles. Holmes había roto con Kottke y se había unido a una secta religiosa
de San Francisco que le exigía romper cualquier lazo con los amigos del pasado.
Sin embargo, Jobs rechazó esa propuesta. Llegó un día a la sede de la secta con
su Ford Ranchero y dijo que iba a conducir hasta los manzanos de Friedland, y
que Holmes debía acompañarlo. Con mayor descaro todavía, añadió que ella
tendría que conducir durante parte del trayecto, aunque la joven ni siquiera
sabía utilizar la palanca del cambio de marchas. «En cuanto salimos a la
carretera, me hizo ponerme al volante y aceleró el coche hasta los noventa
kilómetros por hora —relató ella—. Entonces puso una cinta con «Blood on the
Tracks», de Dylan, recostó la cabeza sobre mi regazo y se echó a dormir. Su
actitud era la de que si él podía hacer cualquier cosa, tú también podías.
Dejó su vida en mis manos, y aquello me llevó a hacer cosas
que no pensaba que podía hacer».
Aquel era el lado más brillante de lo que ha pasado a
conocerse como su campo de distorsión de la realidad. «Si confías en él, puedes
conseguir cosas — afirmó Holmes—. Si ha decidido que algo debe ocurrir,
conseguirá que ocurra».
Fuente: Steve Jobs. La biografía
Walter Isaacson
Traducción de David González-Iglesias González/Torreclavero
www.megustaleer.com
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